Si estás leyendo esto puede que lo sepas ya, pero esta reseña forma parte del colectivo de acciones de varias personas e impulsadas por Ludorusafa por la reivindicación del 8M del 2021. Las mujeres hacen grandes cosas en la comunidad rolera y, muchas veces, no son visibilizadas como se merecen. Por ello, esta serie de reseñas pretende dar a conocer, aún más, contenido rolero. En mi caso, he tenido la suerte de escribir sobre una persona que conozco y admiro.
Hoy hablaremos sobre la aventura de Hiromi Una Cuestión de Honor publicada por la editorial Shadowlands como parte de sus Shadowshots (aventuras cortas de distintas autorías). Al escribir esta reseña se ha evitado introducir contenido que destripe la trama, así que vayas a jugar o dirigir, puedes leer sin miedo a ello.
Un poco sobre Isawa Hiromi
María A. Ríos Romero, Isawa Hiromi o simplemente Hiromi para quienes la seguimos en Twitter es de las personas más activas e influyentes en la comunidad rolera online. Sus conocimientos, su desparpajo, dedicación y, sobre todo, ganas de sumar la han llevado a donde está.
Su currículo es amplio, profuso y multidisciplinar: abogada licenciada por la Universidad de Sevilla, cosplayer y creadora de múltiples tutoriales para el cosplay en su blog y autora de la novela Moira. Si nos centramos en el rol podemos destacar sus aventuras en Shadowlands (esta misma y Por un puñado de granos de arroz), en Karma Zero escribió también la aventura gratuita Bajo el mismo Cielo en el Japón del shogunato de Tokugawa y, me chivan por el pinganillo, una próxima aventura en Corea que llevará el título de Un siervo Leal también para Karma Zero. Además, actualmente está desarrollando otras aventuras para Cursed Ink y otra con Other Selves.
La verdad es que ahora no para, o más bien nunca lo ha hecho, podemos ver su inmensa labor en el foro de rol Otosan Uchi de La Leyenda de los Cinco Anillos, sus hilos divulgativos sobre Rokugán (L5A), en los relatos que publica en Milanosfera La Reina de Marfil, su anterior trabajo como CM de Shadowlands o la gran cantidad de contenido de rol en youtube que ofrece en los distintos canales donde aparece.
Y, mal que me pese, las reseñas en este evento del 8M para Ludorussafa tienen un límite de palabras. Así que pararemos aquí, pero no sin antes recalcar uno de los eslóganes del proyecto 8M de Ludorussafa que me recuerda en gran medida a Hiromi:
Desde siempre roleando
Un largo recorrido que la ha llevado a atesorar una asombrosa cantidad de conocimientos acerca de L5A y ser merecedora de la bendición de Fukurokujin.
Breve introducción a Una Cuestión de honor
Una Cuestión de Honor es una aventura asiática, de una sesión de 2-3 horas de duración aproximadamente y dividida en tres actos. Ocho páginas de drama, acción y toma de decisiones.
El formato incluye el sistema ágil y breve de Abraham Castro (Zero) que ocupa una única página, además de personajes pregenerados con ilustraciones de Andrés Sáez (Marlock). Por terminar de mencionar al resto de personas que han acompañado a Hiromi en su obra, en la edición y corrección tenemos a Ariadna Garcia Turon y Francisco Javier Valverde García y la maquetación corre a cuenta de Jara Villanueva Peñas.
Ahora mismo, la edición de esta aventura es exclusivamente digital, aunque antes salió gratuitamente. Su precio es de 4,99€ como mínimo, ya que está disponible en la suscripción de shadowshots que ofrece la editorial. Este sistema de suscripción, al que llaman amigablemente como Rolflix, nos da acceso a la biblioteca digital que incluye las aventuras y contenido adicional.
La aventura
La aventura transcurre en el Japón feudal, aunque puede ser adaptada a la mayoría de ambientaciones asiáticas. Está dividida en tres actos, con uno opcional donde se presentan escenas de la vida cotidiana de los personajes con las personalidades relevantes que aparecerán. Es/resulta importante destacar las relaciones de los personajes y sus posiciones, es una partida donde usar otras relaciones o vínculos no daría el mismo resultado.
La historia gira entorno a la figura de Akiyoshi —el señor feudal— y Maboru, su hijo y figura central de la trama. Los personajes deberán investigar un importante evento para su señor, lo que los llevará a momentos de acción intensa y tomar decisiones que podrán cambiar totalmente sus vidas.
Desde un punto de vista más orientado a quién vaya a dirigirla —sin spoilers—: nos encontramos con una aventura de líneas argumentales claras y poco guionizada (lo cual agradezco). No vamos a encontrar todas las escenas detalladas, algunas de ellas son dejadas al aire para improvisar conforme actúe el grupo, dando gran libertad y requiriendo una dosis de improvisación alta ante las decisiones de la mesa.
El final de la aventura dará la puntilla para aquellas personas que amen los conflictos morales y de honor de la sociedad japonesa y sacará a relucir los diferentes caminos de cada personaje, su forma de entender la lealtad y juzgarse a sí mismo.
El sistema de juego de Una Cuestión de honor
El juego incluye los personajes pregenerados para la aventura al igual que el sistema. Es un sistema narrativo, que pide tirar solo en momentos justos, sin interrumpir la narración.
Cada personaje pregenerado estará compuesto por su nombre, el arquetipo (samurai del clan de las mentiras, por ejemplo) y hasta tres aspectos distintos (marcada por la oscuridad, desenvaina rápidamente...). Los personajes de la dirección de juego podrán tener todos estos componentes o simplemente uno de ellos. Cuanto más importante, más completo.
Según nuestras actuaciones y nuestra ficha podremos tirar un mínimo de 2d10 o hasta 5d10 (mirando solo el valor de los dos más altos) para realizar acciones con dificultades fijas (10,15,20). Cuantos más aspectos sean relevantes en la acción, más dados tiraremos. Y, para deteriorar o llevar a la muerte de los personajes, cada vez que sean dañados perderán una parte de sus descriptores hasta no tener ninguno, lo que, obviamente, nos hará perder la ficha.
Mi conclusión personal de Una cuestión de honor
Tanto la historia de Una cuestión de honor, como el sistema narrativo encajan muy bien. Una aventura corta, abierta y con mucho peso dramático. Quienes jueguen no se sentirán atados más que a su honor y a la carga de sus acciones.
Creo que es una aventura donde la experiencia dependerá en gran medida de las personas que integren la mesa. La sociedad japonesa de esta partida conlleva un gran diálogo interior, empatizar con el personaje y las situaciones será vital, un grupo que simplemente actúe mediante la táctica de “sangre y fuego” perderá gran parte de la esencia de la aventura.
Para facilitar la inmersión, Hiromi nos invita a empezar opcionalmente con las escenas individuales de los personajes. Mi consejo es el siguiente: juégalas salvo que el tiempo sea un problema. Más aún si es el primer contacto con este tipo de aventuras. Además, por si fuera poco puedes encontrar este video de la propia autora con consejos para dirigir Una cuestión de honor. Una ayuda muy útil y con un gran valor añadido para la aventura.
En definitiva, una aventura muy recomendable para jugar en físico u online. Para mí, amante de la cultura nipona, ya no solo es recomendable, es obligatoria.
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Las que fuimos y las que somos
Esta reseña fue escrita por Semilla Rolera.
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