¿Alguna vez te ha entrado el gusanillo de vivir una historia de monstruos con una ambientación tierna y en la que te sientas segura al mismo tiempo? Estás de enhorabuena, porque has encontrado tu manual preferido. Pequeños detectives de monstruos es un juego escrito por Patricia de Blas y Álvaro Corcín que nos permite ponernos en la piel de peques que intentan hacer el bien. ¿Cómo? Pues capturando a los monstruos que habitan en nuestros armarios, sótanos, esa casa abandonada del pueblo, tu jardín trasero, la alberca de la tita Antonia…
Sin embargo, que el título no te engañe: aunque pueda parecer que el juego está dirigido a les más peques, cualquier persona puede encarnar a une detective chiquitín que se dirige a una de sus primeras misiones enviade por la Academia de detectives (sí, donde te enseñan a usar artefactos del almacén tan chulos como la mochila Poppins, la lupa culodevaso o el caramelo antiverrugas, los cuales se encuentran en el maletín de la veterana). Es importante que sepas que, según el tipo de monstruo, necesitarás distintas herramientas para enfrentarte a él. Por ejemplo, si te encaras con un monstruo de la oscuridad, las pilas superplús, los polvitos luciérnagas o incluso los cascos oyelotodo son tus mejores amigos. Llegados a este punto solo necesitas dejar volar tu imaginación y quizá un poco tus dedos para dibujar. Y también todo lo de la siguiente lista:
3 dados de seis caras;
tu contrato de detective;
ficha de monstruo;
un lápiz y algunos papeles;
disfrazarte si te apetece.
Con nuestra mochila preparada, ya podemos seguir sin problema. Durante la partida, la figura de dirección se encuentra en la detective veterana, un personaje que, aunque pequeño, ya sabe todo lo necesario para enfrentarse a los temibles monstruos que aguardan en las sombras. Esta personita irá acompañada de unes novates y valientes detectives con ganas de descubrir las pistas de la trama y ayudar en todo lo que puedan a salvar la humanidad… Bueno, la humanidad puede ser Pepi, la vecina del quinto. Esa que no para de quejarse de que por las noches la llaman para hacerle bromas telefónicas y por la mañana siempre se levanta con un chicle pegado a la frente, pero por algún lado hay que empezar.
Obviamente, el objetivo principal de les detectives es capturar al monstruo que esté haciendo de las suyas en un frasco de cristal y llevarlo a la academia. Para ello, debes usar una fórmula mágica que hay que decir en voz alta: Monstruito, monstruito, ya no darás miedito. O también monstruito, monstruito, atrapado estás y asustar más ya no podrás, al gusto de quienes jueguen. Este tipo de frases están repartidas por todas las esquinas del manual, así que el hecho de encontrarlas constituye un juego en sí mismo. Puedes crear las criaturas malignas de la historia mediante las fichas del manual (nada más y nada menos que con una variedad de dieciocho arquetipos monstruosos del magnífico Libro de los monstruos de la oscuridad, incluido en las últimas páginas) o se pueden plasmar en un papel. Si prefieres darle al coco (al tuyo, no al de los cuentos) o estás deseando diseñar el monstruo de tus sueños, esta última opción es la ideal. Eso sí, tendrás que seguir una serie de preguntas que lo definan e indiquen qué tipo de monstruo es, cuáles son sus características físicas y qué se le da bien, entre otras muchas cuestiones con las que entretenerse un buen rato. No te preocupes si no te viene la inspiración porque aquí han pensado en todo: la aventura que viene de ejemplo es la mar de estupenda y puede ser una forma de dar el primer paso con este juego. ¡Diversión asegurada para todes les detectives implicades!
Aunque mucho hablar de monstruos y poco de cómo vencerlos… El sistema de Pequeños detectives de monstruos es bastante sencillo: consiste en tirar tres dados de seis caras con una dificultad media de 4 para superar la acción. En función de las herramientas que utilices, te quedarás con el dado más bajo (la herramienta no es para nada adecuada), el de en medio (la herramienta puede servirte) o el más alto (la herramienta es la indicada). Si sientes muuucho miedo o te han mordido, no es tu día de suerte: tendrás que quedarte con el resultado más bajo, te guste o no. En caso de sacar como resultado un uno, quizá es momento de ponerse tensos. Por el contrario, si sacas un 6, es hora de celebrarlo. Así de azarosa es la vida de un detective en ciernes. ¡Ah, y no te olvides de superar los sustos que te den por el camino! Tras la tirada, fíjate en el resultado de en medio y, si superas la dificultad indicada, podrás tranquilizarte y volver a la carga cuanto antes. Teddy, el peluche, es tu gran aliado en estos momentos de suspense: siempre que lo tengas, te quedarás con el resultado más alto de la tirada. ¡Vivan los peluches protectores!
Es más, los monstruos se vuelven más vulnerables cada vez que les detectives descubren pistas, por lo que el valor de miedo se obtiene sumando las pistas que quedan por resolver más el valor de miedo del propio monstruo, que además puede variar según su estado de ánimo. Porque los monstruitos también tienen sentimientos, leñe.
Solo con el título de este manual sabemos que nos encontramos ante algo extraordinario. La autoría se ha encargado de manera espléndida de que todas las ilustraciones evoquen dibujos de nuestra infancia, con trazos nostálgicos que nos van sumergiendo en un mundo inocente y encantador en el que podemos ser auténtiques héroes. Además, con motivo del D8+Marzo y la visibilización durante todo este mes de la mujer en el ámbito rolero, no puedes irte sin conocer otra de las maravillosas obras de Patricia de Blas, en este caso también junto a Álvaro Corcín: el juego de rol Los Buscaduendes, un mundo lleno de magia y fantasía adaptado a peques (y no tan peques) con unas reglas intuitivas y muy pero que muy visuales para hacer todo más fácil a la par que narrativo.
Pequeños detectives de monstruos no solo es interesante por ser una herramienta para enseñar valores y dinámicas colaborativas a los peques en un entorno familiar o más lectivo, sino por el mensaje que transmite en última instancia: supera tus miedos al hacerlos realidad e interactuar con ellos de forma controlada. Y, por supuesto, con el apoyo de la mejor de las compañías.
Reseña escrita por Nereida
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