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Reseña de Los agentes del Fondo Antiguo

Cuando Jennifer Fuentes publicó en Bastión Rolero Los agentes del Fondo Antiguo en el lejano 2020, se definió a sí misma de la siguiente manera:


Filóloga hispánica, proyecto de profesora y rolera son solo algunas de las cosas que podrían describirme. Fue la literatura y la imaginación lo que me llevó a jugar y después dirigir juegos de rol y ha sido también lo que me ha llevado a pensar en la forma de llevarlo al aula.

A día de hoy, solo un año después, podríamos añadir sobre ella muchas cosas más: no solo es la autora de Las agentes del Fondo Antiguo; ha publicado Hermanas de Sangre para Never Going Home, una aventura sobre un grupo de enfermeras de la primera guerra mundial y Las memorias de la Celestina y sus amigas alcahuetas, inspirado en el juego gratuito de Storybrewers The Fictional Memoirs of Harriette Wilson and her Sisters en español traducido por Jennifer (aquí podéis encontrarlo en su versión original). Además, es correctora profesional en la editorial de rol Cursed Ink (Never Going Home, Nibiru, Quietus y El apocalipsis más feliz del mundo), autora del blog El cartapacio de las Musas, creadora del podcast Las Agentes del Fondo Bennet y miembro muy activo de Ludorussafa, donde gracias a ella hemos podido disfrutar de muchos, muchos juegos.


Un juego de rol con vocación educativa

Jennifer es profesora de Lengua y Literatura en secundaria, y eso se nota. De hecho, el prólogo especifica que el juego está pensado como una herramienta didáctica para las asignaturas del ámbito lingüístico. ¿Qué mejor forma de bucear en la literatura que convertirte en un agente de un departamento secreto de la Biblioteca Nacional que se mete -literalmente- en los libros?


La autora busca trabajar la “competencia comunicativa de manera integrada”, es decir, que los estudiantes hablen, escriban, escuchen, lean y se comuniquen correctamente todo en uno. Ahí es nada. Para ello, se vale de una modificación del sistema Hitos ¿Por qué? Fácil: el estudiante se ve motivado a utilizar el lenguaje desde el minuto uno de la creación de personajes. La ficha no se limita a un puñado de números, sino que “fuerza” al jugador a añadir una breve descripción (“aspecto”) que defina cada característica o habilidad. Desde el concepto de personaje: bibliotecaria, científica explosiva o samurái sin señor; a los Hitos, cuatro hechos relevantes que definen a nuestro protagonista y las clásicas Características y Habilidades. Así, Melibea pasa de ser “Fortaleza: 4” a un mucho más interesante “4 - de nobles curvas”, podrías tener una agente con un 2 en forma física con un simpático “2- el lunes se apunta al gimnasio” cuyo hito sea “vio un espectáculo de magia que cambió su vida”. Como jugadores, todas estas descripciones nos ayudan tener una imagen mucho más definida de nuestro PJ y facilita la inmersión en la trama. Como profes (o al menos eso esperamos) ayuda a nuestros alumnos a describir de forma precisa y efectiva.


El sistema

No te preocupes si no conoces Hitos, para jugar a Agentes te bastará con la explicación simplificada que recoge el propio manual: cuatro páginas para la creación de personajes y otras cuatro para el sistema en sí. Si lo has jugado o conoces Fate se te hará todo muy familiar: se tiran tres dados, aspectos, puntos de drama…


Voy por partes: tres dados. Pongamos que nuestra doncella enamorada Melibea quiere encontrar un libro. Para ello lanzará tres dados de 10 y (normalmente) cogerá el valor central. Hemos sacado 7, 4 y 1 en nuestra tirada hipotética: dado Mayor (M) 7, dado Central (C) 4 y dado menor (m) 1; nos quedamos el 4. Melibea tiene un 5 en Intelecto (Oído fino) y 8 en Cultura (Ávida lectora), lo sumamos a nuestro 4 y nos da un 17 que compararemos con la dificultad que nos ha dado nuestra DJ. ¿Cómo elegimos qué modificadores utilizar? Agentes no tiene una lista específica de acciones/tiradas a realizar (habitualmente, como en el ejemplo característica+habilidad), las deben decidir directora y PJ según el enfoque de la acción. Fácil, muy fácil.


¿Y los puntos de drama? Además del uso clásico (activar los aspectos propios o ajenos) tenemos uno de mis elementos favoritos del juego: el gran y único Sancho. Sancho es una IA muy refranera que ayuda a los jugadores en sus aventuras: ¿no sabes cómo se llama el protagonista de La vida es sueño? ¡Gasta un punto de drama y Sancho te ayuda! A su manera, claro. Planteado como un complemento para el alumno de secundaria, Sancho tiene una personalidad tan marcada que se disfrutará en todas las mesas. Y sus respuestas pueden ser tan crípticas, sarcásticas y cargadas de chascarrillos populares como la directora quiera.



Ejemplo de ficha: página 4 del manual



La ambientación: el mundo bajo la Biblioteca Nacional

Bajo la superficie de la Biblioteca Nacional se esconde la Gran Biblioteca y solo aquellos que pertenecen al Fondo Antiguo conocen sus secretos. Estos son, claro, nuestros agentes: personal del departamento de investigación, de I+D, de restauración o especialistas. ¿Y a qué se dedican? Resulta que a los libros del Fondo Antiguo les gusta cambiar de sitio, mezclar sus hojas y a veces incluso desaparecer. Y eso tiene consecuencias. Cuando una de las obras conservadas en la Gran Biblioteca queda dañada, todos los libros influenciados por ella desaparecen. Los jugadores tienen que evitarlo ¿cómo?: buscan libros, los protegen, los restauran y hacen todo lo posible para desfacer los entuertos literarios.


En la sección de “Personalidades de la Gran Biblioteca”, el manual incluye PNJs importantes de la enorme estructura detallados con mucho mimo que permiten que el Fondo Antiguo gane profundidad. Son carismáticos, especiales, con un algo muy reconocible y detalles que no añadiré para no arruinar la sorpresa a los jugadores. Le dan un tanto de sabor a series como El ministerio del tiempo o Warehouse 13 y un mucho de sabor a literatura.


Por si eso fuera poco, Los agentes incluye cuatro semillas de aventura (“misiones”) que, aunque inicialmente estaban orientadas a diferentes cursos de la ESO, funcionan perfectamente con otros grupos de edad: “Vuelta al mundo en 80 días”, “Infiltrados en el siglo de oro”, “¿Las Consombrero?” e “Intercambios teatrales”.


Cabe destacar la sección “Apuntes didácticos”, en la que se describe en profundidad la aventura “Intercambios teatrales” y se da la fundamentación teórica para su uso en el aula, incluyendo temporalización, descripción de sesiones y estándares de aprendizaje. Si te lanzas a dirigir unas cuantas sesiones a tus alumnos te serán de gran utilidad. Y, si te apetece simplemente dirigir a tu mesa habitual, te los puedes saltar y disfrutar igualmente de esta aventura, de las semillas o de las misiones que se te ocurra encargar a tus agentes.


Pero… pero ¡yo no soy una adolescente de secundaria!

Ya, y yo tampoco. No hace falta ser estudiante para disfrutar plenamente de nuestra Biblioteca, la ambientación merece muchísimo la pena y el sistema es muy aprovechable para mesas de casi cualquier edad.


Y ya, a un nivel más personal, tuve la suerte de que Jennifer nos dirigiera el one-shot de las Sinsombrero al resto de Las agentes del Fondo Bennet y a mí (podéis leer la reseña de la partida aquí) y disfruté como una enana (o como una adulta). El sistema no entorpece la narración en absoluto y permite una mezcla preciosa entre lo ficticio y lo real, entre la literatura y la vida. La buena de Ricarda, mi bibliotecaria jubilada favorita, está deseando volver al Fondo Antiguo para llenarlo de cuentos infantiles.


Aprovechad que esta joya es gratuita, descargáoslo y disfrutad. Yo no lo puedo recomendar más.


Irene (Erinna)

Agente del Fondo Bennet

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